• COMUNICADO DE EUROPA LAICA DE CONDENA DE LOS ATENTADOS EN BEIRUT Y PARÍS, Y DE SOLIDARIDAD CON TODAS LAS VÍCTIMAS.

 LA ASOCIACIÓN LACIA DE RIVAS VACIAMADRID SE ADHIERE INTEGRAMENTE A ESTE COMUNICADO

Desde Europa Laica mostramos nuestro más contundente rechazo y condena a los atentados de los últimos días cometidos por el Daesh en Beirut y en París, así como nuestra solidaridad con todas las víctimas libanesas, francesas y de otras nacionalidades.

Europa Laica quiere denunciar las múltiples causas que intervienen en todo lo que está sucediendo, como primer paso en la búsqueda de posibles soluciones aunque extremadamente difíciles.

Por un lado, señalamos a las políticas imperialistas y belicistas de los diferentes gobiernos que están interviniendo en las naciones de Oriente Próximo, cuyos intereses económicos y geopolíticos enfrentados provocan guerra, destrucción y miseria en los pueblos de aquellas naciones. Especialmente, nos referimos a los EEUU, Francia, Israel, Rusia e Irán, entre otros, y que, en ocasiones, no han dudado a la hora de aliarse, financiar y armas a grupos yihadistas para derrocar a gobiernos locales y favorecer sus intereses en la zona. Estos gobiernos han apoyado incondicionalmente  a monarquías islámicas y teocráticas, que sistemáticamente han difundido y financiado el islam más integrista.

Por otra parte, señalamos también al fundamentalismo y al integrismo religioso que utiliza aquellas políticas imperialistas como excusa para oprimir, sojuzgar y someter a esos mismos pueblos, vulnerando los más básicos derechos a la vida y las libertades, entre ellas, la libertad de conciencia. Grupos fanáticos como el Daesh o Boko Haram no son la respuesta desesperada a las injusticias imperialistas, sino que aprovechan conscientemente dichas injusticias para implantar ilegítimamente sistemas teocráticos y medievales, y llevar a la práctica el genocidio de pueblos y comunidades enteras por razones de religión o ideología, sexo u orientación sexual, procurando una “limpieza” étnica, religiosa y cultural de la que solo resulte una única forma de vida posible de acuerdo a su interpretación fundamentalista del islam. Son estos mismos grupos, ahora mismo especialmente el Daesh, los que atacan a inocentes en Beirut, en París y en otros sitios, exportando su fanatismo hacia la población que no tiene nada que ver con las políticas de sus gobiernos.

Rechazamos el racismo, la xenofobia y cualquier forma de discriminación o exclusión por razones de ideología, religión o conciencia. Los ataques islamistas buscan generar el miedo y el terror entre la población civil, pero también el odio y la persecución hacia la comunidad musulmana, como forma de romper la convivencia en la diversidad y el respeto que propugna el laicismo. Pretenden que la población no musulmana reaccione con el odio hacia los musulmanes, para que éstos se radicalicen y se refugien en el integrismo religioso. Por el contrario, debemos reforzar las políticas laicistas de protección de la libertad de conciencia, de convivencia en la diversidad y rechazo de toda forma de discriminación. Tanto musulmanes como cristianos, ateos, agnósticos o creyentes de otras religiones podamos identificarnos en la laicidad y en lo que consiste (el respeto a la libertad de conciencia y los derechos humanos que nos unen), aislando totalmente a quienes pretenden dividirnos en función de las creencias y reavivar guerras de religión.

Son principalmente estas causas geopolíticas, económicas y religiosas, combinadas y enfrentadas (y a veces, en connivencia), las que están destruyendo esas naciones y provocando el éxodo masivo de refugiados hacia otros países de la zona y también de Europa. Los países europeos debemos tomar conciencia de la situación y elaborar políticas adecuadas para buscar soluciones que vayan a las causas últimas y que estén basadas en el respeto a la laicidad, los derechos humanos y el Derecho internacional. Solo así podremos evitar, a la larga, que aumente el número de víctimas inocentes tanto en Oriente Próximo como en Europa o África. No se trata sólo de Beirut y París, sino de cualquier lugar del mundo. No se trata sólo de los yihadistas islámicos, hoy, sino de todos lo fanatismos.

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