ESCUELA PÚBLICA LAICA Y RELIGIÓN
Recientes artículos en la prensa local reinciden en
afirmaciones que, por resultar erróneas y ser compartidas por más
personas, merecen discusión.
Según estas personas, la Constitución establecería la
prestación obligatoria del adoctrinamiento religioso en la Escuela
Pública. (EP, en adelante). Ello es falso. Nada hay en nuestra Constitución
que permita deducir la obligatoriedad del adoctrinamiento religioso en la
Escuela pública. En nuestra joven democracia, la religión se
introdujo en dicho espacio de la mano de dos “golpes maestros”: los Acuerdos
con el Vaticano, en 1979 (preconstitucionales) y la Ley Orgánica de
Libertad Religiosa, de 1980. De esta forma, mientras los españoles
andábamos con las “zarandajas” de la Transición, las libertades,
las autonomías, los derechos, las amnistías y el terrorismo,
la jerarquía católica se apresuraba a dejar sus privilegios
(educativos y económicos, principalmente) “bien atados”. Este es un
hecho histórico incontestable.
Estas personas sostienen que si no son obligatorias las religiones en la EP,
la alternativa es una EP atea. Se equivocan. La alternativa es una EP Laica,
en la que las creencias religiosas no tengan cabida, pues es un lugar de formación
de la razón de personas menores de edad, con su capacidad de juicio
aún inmaduro. Por el contrario, la introducción de la religión
divide el espacio escolar según las creencias y perturba el clima necesario
en un lugar que debe dar cabida exclusivamente a la razón y a la ciencia,
a lo que nos une como humanos y no a lo que nos divide.
Ése es el reto del aprendizaje como personas y como ciudadanos. ¡Ah!
Y la EP sería atea si se impartieran clases semanales de humanismo
ateo, y además, en régimen de monopolio. Esa propuesta es completamente
ajena al respeto a la libertad de conciencia individual y a preservar los
espacios públicos libre de creencias, sean éstas religiosas
o no: no tiene nada que ver con el laicismo.
Estas personas sostienen que la educación de calidad es el mejor sistema
de redistribución de riqueza. Es una afirmación incompleta.
La mejor forma de redistribución es la EP laica y gratuita, con los
necesarios recursos humanos y técnicos y, por tanto, con calidad. La
obligatoriedad de la escolarización y la financiación por el
Estado es la única garantía de igualdad y de justicia distributiva.
Y la universalización de este derecho sólo lo puede conseguir
una EP y laica.
Estas personas sostienen que la EP debe olvidarse de los “valores comunes”
y dedicarse sólo a la Lengua, Historia, Mates,…Esta barbaridad, que
confunde educación con adiestramiento, suele proceder de posiciones
ideológicas confesionales y extremistas… que no tienen ningún
pudor, por el contrario, en inculcar a menores de edad valores religiosos
(y por tanto, particulares) en todos los centros de enseñanza. Y en
el colmo del cinismo se nos achaca a las personas que estamos a favor de una
EP laica un exceso de ¡ideología!
Recapitulando: si l@s alumn@s estudian derechos humanos individuales, valores
ciudadanos o la legislación vigente en materias que les atañen,
eso es ideología y resulta inadmisible. Pero si se les adoctrina en
los valores de una religión particular, es todo… muy razonable, justo
y necesario.
Rivas Vaciamadrid, octubre de 2008
M. Enrique Ruiz del Rosal
Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid