Procesiones y Ayuntamiento

 

 

 

            Tras un periplo de cuarenta años de dictadura, la España democrática resultó heredera de un sinfín de ritos confesionales impregnando  todas las instituciones del Estado. Los santiagos, pilares, y demás vírgenes y santos que pueblan la iconografía católica, además de movilizar a sus fieles, arrastraban a las más altas (y no tan altas) magistraturas del Estado por “simpatía”, que diría un físico o por “respeto”, que diría un político.

 

 

            Se podría haber pensado que tras la aprobación de una Constitución que establecía que “ninguna confesión tendrá carácter estatal”, estas prácticas irían desapareciendo del panorama político e institucional. Pero lo cierto es que veintiocho años después de su aprobación, la Iglesia sigue politizada y la política sacralizada, siendo una asignatura pendiente trabajar en el terreno de las ideas por establecer en la realidad de las instituciones la aconfesionalidad del Estado.

 

 

            Podemos entender que partidos y líderes ligados a intereses confesionales católicos, que aceptaron a regañadientes la Constitución, se muestren remisos a adoptar este mandato constitucional. Pero lo cierto es que también los partidos de izquierda, desde sus diferentes responsabilidades políticas, renuncian muy a menudo a ser consecuentes y a plasmar en las instituciones que gobiernan el mandato constitucional de la aconfesionalidad del Estado.

 

 

            En nuestro municipio viene siendo habitual que la procesión del 15 de mayo cuente con la presencia destacada de nuestro alcalde y algunos (¿todos?) concejales. Estos representantes políticos lo son, no a título individual, ni siquiera partidista: cada uno de ellos representa a TODOS los ciudadanos de Rivas Vaciamadrid, sean cualesquiera que sean sus creencias, sean éstas de origen religioso o no, e incluso a los que no tienen creencias.

 

 

            El detalle de “respeto” de nuestros representantes municipales hacia los asistentes católicos a la procesión (¿cómo desligar esta actitud del rendimiento de pleitesía a la confesión católica?) no ha debido hacerles reflexionar todavía sobre lo tremendamente irrespetuoso y ofensivo que resulta para todas las personas que creemos en la separación de las iglesias y el Estado. Y una corporación municipal, su alcalde y todos sus concejales (del gobierno y de la oposición), son Estado.

 

 

            Aún está fresca en la memoria (marzo de este año) la Resolución del Alcalde de Vila-Real expedientando a su Jefe de Policía Local por negarse a participar en un acto confesional. Dicha Resolución ha sido anulada por los tribunales y ha provocado que el portavoz de Esquerra Unida (EU) en el Ayuntamiento presentara una moción al pleno para que:”la corporación municipal proceda a cumplir con el principio constitucional de aconfesionalidad de las instituciones públicas, absteniéndose de participar en cualquier acto religioso”. En dicha mención, EU pedirá que los miembros de la  Corporación y funcionarios que opten por participar en actos de carácter religioso “lo hagan de forma individual y sin signo alguno externo o protocolario de representación pública del Ayuntamiento”.

 

 

            Cabe decir que dicho portavoz afirma que mociones similares han sido presentadas en otros municipios donde IU tiene representación. Esta iniciativa dignifica a quien la presenta y a la política misma, y marca un camino que todos aquellos que crean en la aconfesionalidad del Estado deberían seguir.

 

 

            Para que una democracia sea real, debe impregnar todas las esferas de la administración.”

            El laicismo…es el no fomento de ninguna idea religiosa, la no intervención del aparato administrativo en la esfera privada, que es la esfera a la que pertenece la fe o la ausencia de ella.”

            El laicismo como uno de los ejes vertebrales de nuestra democracia, ya que es el que garantiza la neutralidad religiosa de una administración que sirve a una ciudadanía que tiene como una de sus señas de identidad una pluralidad cultural creciente.”

 

 

            Estas frases no son de la Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid, sino de nuestro Alcalde José Masa, pero las suscribimos íntegramente. En Rivas Vaciamadrid debemos convivir muchas personas de creencias, religiosas o no, muy diversas, y esta complejidad sólo puede mantenerse con cierta armonía si las instituciones locales no las patrimonializa ninguna creencia específica. Por ello, nuestra Asociación, desde el más profundo respeto a TODAS las celebraciones confesionales, quiere prestar su ayuda para comenzar a hacer realidad que la actividad de la Corporación Municipal se mantenga al margen de toda actitud o expresión confesional. Tal como  dispone nuestra Constitución. Tal como piensa nuestro Alcalde.

 

Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid

Mayo de 2006