COMUNICADO DE LA ASOCIACIÓN LAICA DE RIVAS VACIAMADRID ACERCA DE LA
RELIGIÓN EN LAS ESCUELAS
Ante la reciente aprobación de la Ley Orgánica de
Educación (LOE), cuya entrada en vigor está prevista para el curso 2007-2008,
el panorama de la religión en los centros de enseñanza parece no haber variado
sustancialmente: se mantiene la separación y discriminación de los alumnos
según sus creencias; a los no católicos se les obliga a permanecer en los
centros mientras los católicos reciben su catequesis; se nos obliga a todos los
ciudadanos (seamos o no católicos) a costear el salario de los 30.000
“profesores” de religión, desembolsando anualmente 520 millones de euros; los
alumnos que reciben las “clases” de religión deben declarar acerca de sus
convicciones (lo cual es anticonstitucional); y por si fuera poco, se está
intentando extender este privilegio a
otras tres confesiones religiosas, aunque con requisitos más exigentes que los
correspondientes a la Iglesia católica.
Resulta absurdo argumentar el derecho
a la protección del ejercicio de las creencias católicas en semejante
entramado: ¿Dónde queda el derecho de las demás creencias religiosas, no
religiosas, e incluso de la increencia a que se
protejan (y a difundir) sus ideas? Y si el Estado tuviera que proteger las creencias de las docenas de religiones
existentes, y de las organizaciones no religiosas o increyentes,
¿qué sistema educativo podría soportar la (des)organización de esa Torre de
Babel? ¿Qué presupuesto sería necesario para ello?
La única forma de garantizar el
derecho a decidir sobre la educación religiosa es confiarla a sus propias
organizaciones. Y el deber constitucional del Estado es proteger que se haga
con libertad. Nada más, y nada menos. El ejercicio del derecho de libertad de
conciencia (y por tanto, también el
religioso) es estrictamente individual, y no puede imputársele al Estado. De
hecho, la Constitución Española no dice nada al respecto. Lo que sucede es que
los Acuerdos con el Vaticano (1979), primero, y la Ley Orgánica de Libertad
religiosa (1980), después, introdujeron en los planes educativos la religión
católica en todos los centros y niveles educacionales, yendo más allá de donde
nunca previó la Constitución.
Por último, parece ser que, ante el
desarrollo reglamentario de la LOE, el Gobierno está barajando la posibilidad
de hacer recaer sobre cada centro educativo la elección de la alternativa a la
religión, en una clara dejación de su responsabilidad.
Ante esta situación, la Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid,
exige:
1.- La enseñanza de las confesiones religiosas debe salir de los
centros escolares y, en todo caso, del currículo y del horario escolar. Esta
responsabilidad debe recaer sobre las organizaciones religiosas.
2.- La derogación de los Acuerdos de
1979 (Concordato), y de la Ley de Libertad Religiosa, de 1980, por ser el
principal instrumento de desnaturalización de los preceptos constitucionales de
aconfesionalidad del Estado, libertad de creencias e igualdad de todos los
españoles ante la Ley.
3.- La financiación de la enseñanza
de creencias religiosas debe ser asumida por las respectivas confesiones y sus
fieles, y no sobre el bolsillo de todos los ciudadanos.
Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid
Octubre de 2006